lunes, 16 de diciembre de 2013

A propósito de los dineros disponibles que nos hacen olvidar qué es emprender

El emprendimiento no está hecho para la mayoría, y deberíamos partir de ese análisis, liberados de expresiones trasnochadas o sentimientos confundidos. ¡Ojalá lo estuviese! ¡Por supuesto!
Pero del mismo modo, como elegimos qué estudiar, dónde trabajar, dónde vivir, hacia dónde desarrollar, el emprendedor elige qué camino recorrer. Esa elección es una expresión de disconformidad con el statu quo. Pero en el Perú, no debería quedarse sólo en ello, por que cada vez que sale algo como una Ley, norma o ayuda de financiamiento, muchos en lugar de sumarse, le ven siempre las 500 fallas. ¿A dónde debemos apuntar? Es clarísimo: hacia la formación del emprendedor como persona, líder y futuro gerente. En eso estamos en pañales.

Nuestra gran cantidad de emprendedores graduados en la permanente definición de ideas, jamás abandonará el mundo de las opiniones y la investigación cíclica, otros, darán un paso a la vez, para lanzarse al círculo vicioso del cambio permanente antes del lanzamiento y finalmente, los menos temerosos o más valientes (como desee enfocarlo), realmente jugarán en el campo todo terreno del emprendimiento. De ahí en más, el Valle de la Muerte les esperará con los brazos abiertos, o serán de los pocos que consoliden un negocio que realmente cambie el mundo, o por lo menos lo convierta en algo más "vivible" ;) (que me suena a "bebible").

Los que se quejan de todo aquello que sale como no les gusta, de todas las trabas que existen, de todo lo que el Gobierno deja de hacer o no considera, se detienen y voltean a mirar el hueco en lugar de llenarlo y sobre la marcha avanzar.

No creo que exista un verdadero programa de acción y reacción a favor del emprendimiento, que busque éxito multidimensional, que haya aceptado nacer y desarrollarse fuera, lejos o a espaldas de la práctica y ejecución directa. Nada puede aspirar a lo mejor alrededor de la letra muerta de la ausencia de práctica.

¿Y de qué práctica hablamos? De aquella directamente relacionada con esa capacidad independiente de gestionar, crear y hacer que las cosas sucedan. Nada se materializa a la primera, o de la forma cómo funciona mejor. Pero el proceso de prueba - error es tan importante, que negarse a él es como auto-sabotearse. Y analizar lo que el ecosistema produce, desde la mirada negativa de un checklist (que aún faltaría someter a la opinión de todos) es como pretender saber qué resultado tendrá hoy, el mañana de un niño de 3 años, ó de 2, ó de 1, ó de 6 meses, o de quien nacerá mañana. Como emprendedor vives en la ausencia de certeza y eso es lo que más te cuesta producir, ¿porqué habría de ser útil negar el esfuerzo de todos los brazos que se van sumando?

Ahora que todos somos emprendedores, y estamos de moda, ¿cada ayuda tiene que caernos a pelo? No, Claro que no. El centro de la "gracia" no es la ayuda, tampoco el dinero, mucho menos las ideas, sino nosotros mismos. Y nadie, ni nada, ni algo, logrará más de lo que nosotros podemos hacer por nosotros mismos para emprender, multiplicar y cambiar realmente el mundo en el que vivimos.

El apoyo que necesitamos empieza en nuestra propia actitud, compromiso con los resultados, visión y apoyo mútuo, algo a lo que vengo llamando Integración. Y si necesitamos más, probablemente, sea el Perú, uno de los pocos países, donde hay tantas manos abiertas que uno sabe por dónde ir para sumarse a la búsqueda de manos abiertas dispuestas a ayudar. El pequeño problema es que a veces nuestra genialidad se queja de forma genial.

Para ser emprendedor la Lay Nro 1 del "Coquito Emprendedor" dice: "¡Menos floro, más acción!"

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Pensar en los gastos vs Pensar en los Ingresos

Quiero empezar el día con un tema que ayer ha sido recurrente en varias conversaciones con emprendedores. Y me resulta interesante, pues noto que existen orientaciones que algunas veces pueden parecer lógicas y sin embargo, de algún modo establecen barreras, que sin querer, nos las auto imponemos. Se trata de "pensar en los gastos". Muchos de nosotros hemos pasado por esta etapa en el emprendimiento, 100% preocupados por pagar las cuentas. Si bien es lo correcto sin lugar a dudas, para cualquier negocio tener cumplimiento, lo más adecuado es preocuparse del flujo de caja o flujo de efectivo, es decir, "pensar en los ingresos". Algunas organizaciones se concentran tanto en lo primero, que la definición de sus puestos, procedimientos, jerarquías, análisis, enfoques de resultados y mucho más, está orientado a maximizar o sobre dimensionar el enfoque en el gasto. Como consecuencia encontramos Gerentes o Jefes de área encargados hasta el techo de papeles por pagar, cuando ello, debería ser función directa de la oficina de Contabilidad o Finanzas, o de un buen nivel de practicantes liderado por un ejecutivo financiero de planta.. ¿pero ocupar el tiempo de un Jefe de área o de un Gerente? Mi recomendación es que el Gerente se concentre en la parte superior del EGP es decir: PRODUCIR INGRESOS. Inclusive en ese escenario puede ser muchísimo más productivo, vivir sin estrés, controlar mejor sus emociones, vincularse más con la creatividad, buscar aliados, en suma, inclusive, contribuir muchísimo más a la tranquilidad financiera del negocio. Recuerden, la experiencia dicta que cuando nos concentramos en el gasto, lo único que vemos alrededor será más de lo mismo: cuentas por pagar. Si cambian hacia el enfoque en "generar ingresos" o "producir más flujo de efectivo" su vida se los agradecerá. Éxitos para hoy.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Alcanzar el éxito Emprendedor no puede tomar tanto tiempo en la mayoría de los casos

Ser o no ser emprendedor. No es algo como comprarse el último coleccionable y pensar si lo llegaré a llenar o no. De hecho, todos sabemos que hasta puede generar algo de pánico. Quienes hemos emprendido negocios lo sabemos. Sabemos de los momentos duros, de los momentos tristes. Y no creo que parafrasear la famosa frase de Shakespeare nos saque de la angustia que muchas veces nos ha abrumado, la planilla de fin de mes, la ausencia de ventas, la renuncia de los pocos colaboradores que contratamos, o que las ideas no prendan entre los clientes. En el Perú, las empresas jóvenes, en su mayoría no superan los 3 años y las que lo hacen si bien tienen más probabilidades, no llegan más allá de los 10, siendo las que superan ese límite, las que mejor se visualizan como exitosas. ¿Estarías dispuesto o dispuesta a esperar 10 años para lanzarte con voz en cuello por un grito de victoria tras la batalla? Lo cierto es que nadie piensa en eso cuando empieza un negocio. Y casos, existen a montones. Gente que sin saber absolutamente nada, catapultó su única variable de éxito a favor de la adquisición de conocimiento: tener ganas. Gente que hizo mucho con tan solo observar a los demás y hacer mejor lo que le enseñaban. Gente con calidad humana que se empecinó en desarrollar a sus trabajadores y ahora crece con líderes que lo acompañan en todas las guerras. Dicen que nada es gratuito y que todo lleva tiempo. Una vez escuché a un futurólogo decir que todo se gesta cada 20 años. Pero me niego a creer que el nivel de éxito con el que muchos sueñan, pueda demorarse tanto en llegar. Por supuesto, de vez en cuando, las noticias nos acercan a casos de evolución supersónica y nos sorprendemos al mismo tiempo que queremos saber el por qué y el por qué yo no. Quizá una investigación al respecto nos de algún día la pauta para que todos los emprendimientos se cierren en menos de lo que canta un gallo ;) y nos rodeemos de exitosos de gran nivel en nuestra ciudad.

Dicho lo anterior, aquí va la pregunta por el 1er cupo del Concurso Emprendedor:
¿En tu opinión qué factores ayudan a que los emprendedores necesiten tanto tiempo para alcanzar sólidos niveles de éxito en todos los ámbitos de su negocio? ¿Y qué factores les ayudarían a reducir ese tiempo al máximo? Recomiendo señalar al menos 3 por cada ámbito. // Éxitos!

lunes, 23 de septiembre de 2013

Enfocarse sólo en las metas (3 de 3)

Enfocarse sólo en las metas (3 de 3)
Si en la empresas las cosas se hacen bien, los trabajadores la siguen
Lo que los nuevos Gerentes implantan, pasa por obtener una situación ideal, en la cual el desarrollo, pasa por la manifestación de decisiones automotivadas desde y hacia los valores de la empresa. Dicho de otro modo, la empresa se concentra en desarrollar un escenario de cohesión y de enfoque en el trabajador para que surja la calidad, el aprendizaje, la aplicación y el éxito, como primeros valores, luego por sí solo, el equipo será capaz de viajar desde aquello positivo, para transformase en una familia y después proteger y cuidar todo aquello que lo hará grande. Ésta es probablemente, la única idea pre-establecida que aún defiendo, como objetivo de una Gerencia Actualizada y eficiente.

El Jefe como Líder, es el trabajador que tiene la responsabilidad de permitir que todo ello se desborde y fluya, para que el trabajo o ir a trabajar, genere retos, felicidad y desarrollo para todos.

Hoy, después de veinte años, le hablo de esta experiencia a muchos emprendedores, gerentes de empresas en marcha e inversionistas pyme que están pensando en emprender. He encontrado coincidencias, experiencias similares e inclusive, réplicas exactas y hasta peores situaciones. Síntomas de que nuestra formación en la gestión y en la toma de decisiones, aún no se ha masificado en el entorno empresarial.

Nos hace falta, quizá, mirar más al personal, y no sólo andar colgando el cliché de Recursos Humanos para completar los formularios de la planilla mensual. Deberíamos probablemente enfocarnos en el desarrollo de nuestra cultura laboral, cosmovisión empresarial, o simplemente en nuestra calidad emocional y su aplicación coherente en el entorno social de la empresa, allí dónde pasamos más tiempo del debido, dicho sea de paso.

Si bien, no soy un punto de partida ni de llegada como para considerarme el modelo a seguir, reconozco que todo lo que he podido identificar de malo, en aquella gestión numérica de excelentes resultados en ventas, ayuda mucho a cambiar situaciones que generan hoy por hoy, una de las principales fuentes de alta rotación, insatisfacción, desmotivación y bajísima rentabilidad.

Como Consultor, tomo en cuenta esta experiencia cuando analizo procesos de toma de decisiones, definición de procedimientos, enfoque de negocios, liderazgo interno, gestión del talento humano entre tantos temas que hoy desarrolla la Gerencia coherente en la empresa. Si puedo decir que existe algo que unifique la nueva estrategia de gestión de metas, para salir del círculo vicioso, ese algo se llama: escuchar a los trabajadores. Sólo esa actitud puede ser el inicio de un proceso útil para corregir la miopía de gestión que pudiera haberse entrampado y establecido en nuestras actividades gerenciales.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Enfocarse sólo en las metas (2 de 3)

Enfocarse sólo en las metas (2 de 3)
El control excesivo y la exigencia de camiseta no crean curvas de crecimiento permanentes
Todo quedó derruído a tal punto que sin duda, los adeptos al sistema y aquellos con quienes manejaba el aspecto central del mismo se vieron obligados a mantenerse lejanos, mientras los opositores, al
concluir que tenían razón desde el principio corrían la voz de los porqués. En ese momento, no tenía la menor idea de las causas por las cuales la maquinaria se desmoronaba, las áreas a mi cargo se desmembraban y el poder acumulado se iba debilitando cada vez más. Junto a todo ello, mis ingresos variables, aquellos que tan vinculados con los resultados estaban y que eran el premio y mi satisfacción personal, también caían como espuma diluida.

Sucede que muchas organizaciones se concentran en la cifra y en su supremacía, más de la cuenta. Al hacerlo, pierden de vista al ser humano y su aporte en otras áreas. Pudiendo lograr alcanzar los mismos objetivos y sin duda sostenerlos con mayor plazo, optar por especializarse y concentrarse. No digo que sea malo hacerlo, pero centrarse únicamente en ello, genera como lo he venido comentando, varios efectos nocivos en el equipo. En todo caso, el centro de la gestión, debe estar en el equipo y no en el jefe (es decir aplicarse liderazgo efectivo) y las metas deben salir también del equipo y no modificarse a menos que alguien desee ganar más. Todo lo demás, puede ser útil en el corto, pero jamás pasará al mediano o largo plazo como una ganancia de la gestión. Confirmarán que irán dando tumbos, alguna vez arriba, otra vez abajo, pero no consolidarán un incremento progresivo sostenible orientándose exclusivamente a cumplir metas como único objetivo.

Es terrible trabajar así sin duda. En un ambiente donde sólo el Jefe encuentra satisfacción y los trabajadores son un elemento que suma o resta. Es terrible trabajar así, dónde en lugar de formar valores, ámbitos de decisión libre bajo empoderamiento y apuestas por el desarrollo personal, todo está marcado por el establecimientos de moldes, plantillas o rutas sin derecho a evaluación y en perjuicio de la rentabilidad y el reto que sostiene la innovación motivada desde dentro.

Al principio, los sistemas orientados a la supervisión y control excesivo que se fijan sólo en las metas y donde los controles son excesivamente dominantes pueden obtener resultados con una curva inmensa (yo obtuve más del 400% de mejora en ventas) sin embargo, el costo social va graficando una curva que carcome ese avance, conforme no se implantan otras acciones que desarrollen al equipo como partícipe emocional del enjambre de decisiones.

Un tema colateral, quizá hasta un síntoma, es cuando los Jefes de ese tipo de esquemas, piden al equipo tener características de "equipo camiseta" dado que están haciendo todo tipo de inversiones por ellos. De hecho la empresa, no sería empresa si no hubiese inversiones, y las inversiones son un "aglutinante" no algo únicamente orientado al trabajador, decirle eso al equipo es como condicionar a su vez, sus derechos laborales, la percepción de sus remuneraciones, sólo por que se desea que aflore una condición de equipo que no existe en los laboratorios empresariales orientados a las metas únicamente.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Enfocarse sólo en las metas (1 de 3)

Enfocarse sólo en las metas (1 de 3)
Cuando sólo te orientas a las metas, prescindes del valor del equipo y otras áreas de gestión
Alguna vez, el centro de mi interés laboral, bordeaba el objetivo numérico, definido éste como la cifra presupuestal, el nivel de ventas por alcanzar, o el plus adicional sobre estos datos, que me servía de "colchón" y "por si acaso" exigido al equipo y garantizador de alcanzar siempre la meta que mi jefe, a su vez, me trasladaba. Era una época de aprendizajes frenéticos, de retos continuos y autoimpuestos, de obsesiones por tener siempre la última palabra, y el último enfoque. Épocas de sobre estudio, de sobre análisis, de altas dosis de inversión en energía y mucha, pero mucha impaciencia por hacer y lograr que todo y todos estén alineados en el equipo haciendo algo útil e importante: cumplir con lo establecido.

Además, estaba acostumbrado a que las metas siempre crezcan. Solía decir: "Ok ya lo lograste, ahora olvídalo por que ya pasó. Concéntrate en el siguiente mes, tienes que pasar tu meta". Suprimía la celebración por que la consideraba generadora de pérdidas. Se perdía visión, se alimentaba el desorden. Lo correcto era ir directo al reto y pasar por alto el momento para la felicidad o en todo caso, acortarlo, acotarlo, tartamudearlo y pasar la página por que finalmente, el tiempo pasaba y las oportunidad de contacto y ventas, ocurren también cuando uno celebra. Y punto, no había más y todos lo sabían, así era yo.

Pensaba en la meta como una herramienta de entrenamiento, desde que tenías la "suerte" de enrolarte en mi equipo de ventas, era tan rígido, tan exigente y capaz de tener esa naturaleza de felicidad en la mirada por agregar y asignar a la meta, esa inestabilidad constante en pleno crecimiento y modificación diaria, siempre hacia arriba, aunque ello afectara los sistemas de cálculo de pagos, comisiones y demás. Y no sólo enceguecido lo veía positivo, sino que además, fortalecía la dinámica, centrado en la cifra, a costa de "tirarme abajo" cualquier forma de actuar o pensar que de algún modo "cochase frontalmente" con "lo establecido".  Y dado que, quien establecía era yo, y mis jefes lo veían correcto, eficaz y eficiente, la facilidad con la cual lo hacía personal, era por decir lo menos: evidente y fructífera.

Esa experiencia no terminó bien.
Poco a poco surgió la "rebeldía", la "insatisfacción", los eventos cómplices, el hurto y el agravio personal, las riñas y aquella organización paralela que se crea cuando surge la desconfianza, el desinterés y la ausencia total de liderazgo. Se incrementó la rotación de personal recuerdo y los "a veces sí a veces no" comenzaban a rondar los procesos de selección de personal que emprendía antaño sencillos. De pronto hasta las recomendaciones se ausentaron totalmente. Y cambiar al personal, en medio de esa dinámica, comenzó a generar tensiones, miedos en los que permanecían en el equipo con la etiqueta de "los mejores", lentitud y falta de aportes en los que luego darían un paso al costado por propia iniciativa.

Las sesiones de creatividad y estímulo se tornaron obligatorias, grave error.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Leer entre las líneas de nuestro camino

Leer entre las líneas de nuestro camino
Los grandes caminos se caminan de paso en paso
Desde los 17 años y hasta los 21, participé activamente de equipos de ventas en el sector financiero, luego tuve una larga experiencia a cargo de diversas áreas de gestión comercial y de marketing, primero en una organización sin fines de lucro sustentada por actividades de recreación y luego en otra orientada a la venta de calzado en una marca reconocida, para terminar en otra más larga aún, liderando un negocio propio. Finalmente, vendí el negocio propio de 14 años orientado a Internet, el año pasado, a los 38, y buscando nuevas opciones me reincorporé al ámbito laboral en el mercado de las telecomunicaciones y al mismo tiempo, opté por brindar servicios vinculados a 3 empresas con quienes comparto excelentes momentos entorno a la actividad de ventas, lo que me permite además, haber reiniciado poco a poco esa visión emprendedora en mi caso, está insoportablemente instalada en mi ADN, para mencionarlo gráficamente ;)

Lo anterior podría significar en pocas palabras, un camino donde sin duda pisé la inexperiencia y al mismo tiempo el aprendizaje. El motivo de este post sin embargo, es otro. Hoy por la mañana mientras me logueaba en facebook, encontré esta frase:
"NO ESPERES QUE TODOS ENTIENDAN TU VIAJE, SOBRETODO SI NO HAN TENIDO QUE RECORRER TU CAMINO"
(Publicada por DIARIO DE UN CUIDADOR // https://www.facebook.com/diariodeuncuidador)

Con el ánimo de añadir mi personal aporte, creí conveniente lanzar mis impresiones en este primer post.
Y aquí estamos:

1. "No esperes...". Es verdad, la expectativa elevada no ayuda. Muchas veces entendí mal el mensaje de los hechos, las acciones, la toma de decisiones, en suma, la realidad; porque tenía la expectativa a mil por hora o en la estratosfera. Hoy recomiendo de forma constante que esa expectativa si es posible hacerla desaparecer, lo hagamos. En su lugar, me gusta más, recomendar el trabajo de la auto motivación y del enfoque en la felicidad constante. No se trata de vivir con la frase: "No espero nada de nadie ni de nada" por supuesto, sino de olvidarla a todo nivel.

2. "Que todos...". Es un horizonte de consideración demasiado denso. Muchas veces nos concentramos en lo general y no en lo específico, en todo el calendario y no en el día a día, o en las siguientes dos horas de nuestra vida. Si se trata de la empresa, el trabajo o nuestro emprendimiento, soñar no es malo, pero llevar el sueño tan lejos, afecta sin duda. Somos seres vinculados con momentos limitados, espacios concéntricos, socialmente conectados sí, probablemente con todo el planeta, pero de algún modo nuestra influencia va a crecer en la medida en que nos concentremos en pocos, poco, o el menor número de eventos, recursos, hechos o personas. Me viene a la memoria la densidad de los perfumes de alta calidad que vienen en frasco chico, bien podríamos llamar a este desafío la visión del frasco chico de perfume.

3. "Entiendan tu viaje..." Wow. He aquí el corazón de la frase Y por ser tal, les diré que me vino a la cabeza esto: Comunica tu viaje, vende tu idea, comparte tu objetivo, no dejes de evangelizar cada día al respecto de tu misión en este mundo. Intégrate con los demás a niveles tales, en los cuales, participes también de las misiones de otras personas. Es la única forma bajo la cual, el viaje en el que estás, sea más fácil y más claro de entender para ese espacio que estás construyendo. Y no olvides algo importante: Probablemente la mayor parte del tiempo necesites entenderlo tú mejor que nadie, pero más allá de aprender a comunicarlo. Hacer "Entender el viaje" es sinónimo de aprender a compartir la vida plenamente, en libertad.

4. "Sobretodo si no han tenido que recorrer tu camino" Es una frase que puede excluir, implícitamente, un abanico disponible de posibilidades, otorgar un elevado nivel de importancia, destacar como casi único y catapultar en la mente y en las conclusiones tu condición de caminante versus la de los demás. Algo que a veces sí, y a veces no es. En este caso, hablamos de "caminar el camino" y de que el "entendimiento del viaje" es más eficiente y eficaz, poderoso, simple, sencillo, por ti mismo. Sí. Me parece cierto, sólo que recientemente entendí que los afortunados, se enfocan en caminar junto a un "todos" en crecimiento constante, o dicho de otro modo, a forjar el acercamiento con otros caminantes, ensanchando y nutriendo la base del propio camino.

La recomendación final pasa por desarrollar un "Emprendimiento por dentro y por fuera" para "una vida llena de felicidad". Caminos que se cruzan para determinar el ser. Espacios que formamos para no detenernos en la búsqueda de nuestra misión. Visiones que compartimos para poder rediseñarlas hacia el éxito. Horizontes que nos atrevemos a visitar y en donde lo peor que puede ocurrir es reinventarnos. Objetivos que debemos aprender a leer, a sentir, a crear y desarrollar, para luego emprender travesías gigantescas.