![]() |
Encuentra el balance entre los éxitos obtenidos y los futuros planes de negocios |
De un minuto para el otro, estamos celebrando, y el año acaba, para tal cual (casi) "borrón y cuenta nueva" aparecer a nuestros ojos una gran lista por llenar de metas y desafíos. Más de uno tiene la costumbre, y lo se por que me lo cuentan mis amigos, de encumbrarse solos ante la fijación de ese listado de nuevas metas. Y por supuesto que no es algo fácil, al principio las ganas de incorporarlo absolutamente todo, te hacen darte cuenta que contra más coloques allí, más preso eres de la ineficacia.
Esa costumbre no es mala. Yo encontré uno de esos papeles que te dan en una famosa pollería de Lima, donde justamente hice lo mismo mientras mi hijo jugueteaba subido y resbalándose por toboganes junto a otros niños, y yo asumía un proceso de separación en ciernes. Bueno la lista reunió 10 items. Me la encontré botando cosas y papeles hace poco. Si les cuento que cumplí 1 sola cosa, y del resto 3 cosas a medias y nada más, entiendo que más de uno se identificará conmigo. Así que dichosos y felices hasta al tuétano deben sentirse quienes lograron acumular la energía suficiente para ir hacia sus metas, tal cual león de la pradera africana tras su presa en movimiento. Resumen: Declarar las metas es algo que finalmente lo concluyes, lograrlas, necesita algo más que eso.
Y creo que luego de la impresión que me causó reflexionar sobre cada uno de esos 9 "porqués" sin resolución, además del "porqué si" de la solitaria meta cumplida, entiendo que el asunto justamente va por allí. Mi conclusión es que la Meta eres tú, no la meta en sí. Y sólo la meta que se inunda en ti, logra alcanzarse. Así que muy probablemente, el camino tenga que ver con pensar primero en lo que realmente podemos y estamos dispuestos a lograr, a querer desear, a querer afirmar en nuestras vidas, antes de cumplir con la lista de metas, como si se tratase de la Carta de Papá Noel que te impusieron alguna vez de niño. Llenar por llenar no va a solucionar nada.
¿Solucionar? Bueno. Las metas, se entiende, buscan existir en sí. Una vez que las sueltas, entiendo que se convierten en compromisos. ¿Pero a qué nos comprometemos? ¿Qué buscamos solucionar? ¿Realmente lo sabemos? Luego de un examen desprovisto del ego y una sólida autodestrucción con conciencia de perdón incluida ;) llegué a la luz. Buscamos el camino. Queremos disfrutar el éxito de lograr la meta, descartar la nueva posición alcanzada y tener el orgullo a tope para lo que siga. La meta en sí, una vez alcanzada, se muere, se extingue, queda en el vacío del pasado y es útil, únicamente, para agarrar lo que viviste y estar preparado para más.
A menos que no desees más. Pues podrías desear menos, y eso, aunque conflictivo, tampoco es que esté mal. Pues hay momentos que en realidad necesitamos ir hacia atrás, ya se por necesidades de limpieza, recarga o simplemente para tener un camino más largo por delante, para correr, pero en otra dirección.
Así que si te sientes en medio de un escenario complejo, pseudo perdido o perdida, o en la más perfecta indefinición con ocasión de tus metas de año nuevo lo mejor que puedes hacer es buscar en tu pasado, recoger lo mejor, hacer un alto, encontrar ese sentimiento de felicidad futura que deseas obtener y en la mente, o en un trozo de papel, darle la forma a cada paso de todos tus presentes por recorrer.
Mi deseo. Que estas reflexiones te puedan dar un bosquejo útil.
Felices Metas Nuevas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario