
Cuando entrevisto a emprendedores que se encuentran en momentos tempranos de su plan de operaciones, es decir, ejecutando lo definido previamente, deduzco que existen dos enfoques que en mi experiencia son claros. Estos enfoques se materializan en la forma cómo se conecta un emprendedor con sus clientes, con sus proveedores, con sus futuros trabajadores y por supuesto cómo ubica a su familia y amigos entorno a su negocio. Un gran grupo de emprendedores opta por dividir los espacios y vivir dos rumbos, otro, vive entusiasmado en integrarlo absolutamente todo. Al parecer, como mucho en los negocios, "depende" del método y el momento, algunas veces ambos tipos de emprendedores tienen éxito y otras les es esquivo. De pronto en las entrevistas, detecto ausencias relacionadas con ese "cómo lo hago" ó "cómo lo obtengo" y es cuando la alerta del Networking suena primero, como si empujara entre la fila para colarse delante como la única opción.
Muchos emprendedores sólo conocen a clientes y se enfocan tanto en ello que no tienen amigos, a menos que los encuentren en ese otro lado que insisten en dividir. Y otros, mezclan tanto y tal grado el asunto que no desarrollan espacios donde su don, aporte o interés social, se especialice. No digo que uno u otro enfoque sea bueno o mal, simplemente postulo que lo que hay que hacer es generar un enfoque mixto.
En ese enfoque mixto, las cosas suceden por que la gente me propone opciones. Y ojo, acabo de decir "la gente". Y para que lleguen las opciones, tengo que estar dispuesto a conocer a las personas, más allá de las etiquetas o asignaciones grupales que les haya brindado. Una vez me dijo un gran amigo: "no hay contacto chico" y se me grabó en el ADN. Del mismo modo no existe persona que no represente un mundo de oportunidades. Y esas oportunidades no necesariamente son para mi, nosotros o nuestra empresa, primero, pueden serlo simplemente para dicha persona, en forma exclusiva.
¿Qué podría lograr enfocándome en el otro? Pues para empezar, una gran fidelidad y un gran intercambio positivo. ¿Quién piensa en ti si no es alguien que desea devolverte un favor? Sólo que no te enfoques en la devolución. La esencia del Networking es el modo más sano posible, el rol del aporte, de sentirse útil y de brindar esa experiencia, a través tuyo, para cada persona que vayas conociendo. Para lograrlo puedes hacer uso de tus regalos, de tus dones, de tu capacidad de dotar al momento de una gran variedad de opciones de éxito. Dicho de otro modo: piensa en los demás, mucho más que en ti mismo y recibirás pensamientos a tu favor, cada vez más interesantes.Y como ya muchos sabemos, los pensamientos, materializan deseos.
La opción de esperar sentados ya no funciona. El testimonio que esa parte humana del networking, refleja, te dice que es el momento de construir tus propias relaciones.
Éxitos.
Sergio González
Director
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